El amputado de extremidad o extremidades inferiores, no obstante el empleo de las prótesis, viene a presentar ciertas dificultades en su marcha que el rehabilitador no debe olvidar desde el momento en que le van a plantear problemas rehabilitativos con bastante frecuencia. En general, dichas dificultades suelen ser ordinariamente las siguientes:
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Falta De La Musculatura Del Tobillo.
Las prótesis tradicionales no suelen tener posibilidad dinámica de supino-pronación del pie, por lo que falta la adaptación automática a las nuevas situaciones (recuperar el equilibrio a punto de perderse, elevarse sobre las puntas de los pies para ejecutar algún trabajo especial, correr, etc.). El modelo de prótesis hidráulico «Hydra-Cadence» está dotado de un dispositivo de flexión dorsal del pie, automático, cuando la prótesis ejecuta su desplazamiento hacia delante en el paso.
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Falta De Gastronemio.
Este músculo impide que el cuerpo se incline hacia delante sobre la articulación del tobillo equilibrando las fuerzas de extensión de la rodilla producidas por la gravedad a la vez que evita que la rodillo llegue a la hiperextensión. En la prótesis hay que vigilar los dispositivos antihiperextensión para evitar que se produzca a cada paso.
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Falta De Transmisión De Peso Por La Tibia En Amputados Por Debajo De La Rodilla.
La falta de apoyo o soporte corporal a través del muñón tibial produce cierta inestabilidad de rodilla. Además, la acción del cuadriceps durante el paso origina una presión contra la cara anterior del encaje, lo cual puede producir alteraciones, salvo si la presión se reparte muy bien en dicho encaje.
- Cuando el peso cae sobre la prótesis, los abductores de cadera de ese lado entran en acción paca equilibrar la pelvis. El muñón se mueve lateralmente hasta que aprieta firmemente contra el encaje. En este momento, pero no antes, los abductores intervienen para equilibrar la pelvis sobre la pierna soportadora. Para facilitar la estabilización del muñón, el amputado tiende a elevar el lado opuesto de la pelvis. Este movimiento pélvico origina una pérdida de tensión de los abductores, causando una desviación lateral del muñón. Ello origina una marcha semejante a la de Trendelemburg. Se evita en parte mediante un buen entrenamiento o cuando el muñón es largo.
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Extensores De Cadera.
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- La extensión de cadera origina inclinación pélvica que será mayor cuanto más retracción de flexores exista (lordosis, manifiesta). Suele disminuir conforme el muñón es más largo o anulando las retracciones.
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Miedo A La Caída Lateral.
En los amputados poco entrenados existe una sensación de inseguridad durante la marcha. El paso correcto debe hacerse adelantando el pie protésico en la dirección de la marcha (no en circulo), transfiriendo el peso corporal cuando el pie tiene una dirección oblicua (adducción). En los amputados por encima de la rodilla, este alineamiento requiere destreza por faltarles el efecto estabili2ador de la banda iliotibial, las fuerzas activas del tobillo y la información propioceptiva. El miedo a caer hacia el lado de la prótesis le lleva a adducir ésta y, si emplea un bastón, el peso se distribuye entre éste y la extremidad indemne. Cuando se suprime el bastón, la prótesis permanece oblicua y el amputado dobla el tronco hacia el lado de la prótesis (marcha semejante a la del glúteo mediano), Esta marcha puede ser obligada si la articulación de cadera y el cinturón pélvico está mal adaptado y le obliga a ello o si el pie protésico está colocado en exagerada inversión.
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Marcha Rápida.
En el amputado de muslo, la rodilla permanece en extensión después de que el talón toca el suelo, mientras que en el individuo normal, este apoyo se efectúa mediante una pequeña flexo-extensión que absorbe el impacto del peso corporal sobre el suelo. La marcha a 70 pasos por minuto demuestra electromiográficamente escasa actividad del cuadriceps, pero si esta marcha llega a velocidades de 95 a 120 pasos por minuto, dicha actividad muscular se incrementa considerablemente. Por ello, la falta del cuadriceps se patentiza en el amputado durante la marcha rápida, obligando al mismo a caminar deprisa con la rodilla protésica en extensión, lo cual da lugar a una marcha claramente antiestética. Muy pocos amputados de muslo llegan a adquirir la habilidad para efectuar una ligera flexoextensión de rodilla al ir de prisa, dando con la prótesis un «paso más largo» que con la pierna indemne. Al caminar deprisa, el amputado levanta excesivamente el brazo opuesto a la prótesis, seguido de un vigoroso movimiento hacia atrás y abajo.
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