Por su parte, las órtesis constituyen un apoyo externo que se aplica al cuerpo con el objetivo de cambiar algunos aspectos estructurales o funcionales que tienen que ver con el sistema musculoesquelético. Pero también son muy útiles para economizar energía, alinear o corregir deformidades. Pueden ser dispositivos, férulas, ayudas técnicas… y clasificarse en protectoras, funcionales, correctoras y estabilizadoras.

Los tipos de órtesis más comunes son los soportes para las rodillas, los pies y el calzado y la espalda tirante. Opciones muy utilizadas en aquellos casos en los que es necesario corregir problemas provocados por una lesión o por condición de salud. Por ejemplo, es habitual que aquellas personas que padecen escoliosis y que presentan una curvatura en la columna vertebral sean tratadas con un corsé ortopédico que se coloca en la espalda. Pero también hay pequeñas ortésis que además no son perceptibles por el resto de personas, como las plantillas para zapatos ortopédicos, diseñadas para mejorar la postura y reducir el dolor de espalda, piernas y pies, haciendo que el esqueleto se vaya alineando de una manera adecuada.

Otros tipos de órtesis son, por ejemplo, las llaves de halo, utilizadas para dejar inmóvil la parte de arriba de la columna vertebral y la cabeza tras haber sufrido algún daño en la médula espinal; o los apoyos flexibles para codos y rodillas, utilizados para evitar lesiones mientras se está realizando un ejercicio intenso donde las articulaciones están implicadas, como es el caso del atletismo.

Con lo cual, podríamos decir que la principal diferencia entre las órtesis y las prótesis radica en que las prótesis reemplazan y las órtesis complementan o apoyan, pero en ningún caso sustituyen. Conocer estas diferencias ayudará a elegir el dispositivo más adecuado en cada caso. No obstante, muchas veces ambas se fabrican utilizando los mismos materiales: kevlar, plásticos avanzados, nylon, caucho de neopreno, etc. Pero, además, cada vez son más habituales los metales ligeros fuertes como el titanio o el aluminio para sustituir al acero, que es un material mucho más pesado.